La becaria en cuestión no es más que una adlátere sumisa de
La Secta, fiel servidora de los magníficos principios del laicismo moral (...una pelota socialista más, vamos...).
La cuestión principal radica, no en la pretensión -inútil- de ridiculizar a la derecha con estos métodos (la derecha española ya tiene un líder para ridiculizarse ella sola).
El núcleo del asunto radica en la moralidad -o incluso licitud- de escenificar un maltrato laboral, una clara discriminación a una mujer por el mero hecho de ser becaria y gordita (¿por qué no pusieron a una escultural presentadora?; porque hubiera resultado demasiado irreal en ese caso la reacción de este sujeto -suponiendo que al GW le gusten las mujeres-).
¿Qué hubiera pasado si la derecha española hubiera escenificado un maltrato a una mujer por su marido, para luego desmentirlo, aduciendo que era un montaje que demostraría la montaña de falsas denuncias que muchas mujeres interponen a sus cónyuges para conseguir librarse de él y obtener una opípara pensión esclavista...?
...En ese caso, las gallinitas socialistas y sus secuaces votantemerluzos habrían empezado a agitar sus alitas diciendo que no se podía tratar tan frívolamente un tema tan serio.
Muchos españoles nos conmovimos con esta escena, pensando, en primer lugar, en lo mal que lo debió de pasar esa pobre chica y, después, en el capullo vociferante. Jugaron con nuestros sentimientos. Y también con el de muchos votantes socialistas que llegaron a creérselo, hasta el desmentido payasil posterior.
Esto es algo a lo que les encanta jugar con frecuencia a los socioslistos: jugar con los sentimientos. Juegan con los sentimientos en este caso y juegan con el insulto permanente a los cristianos, con la imposición de una FASCISTA educación prosodomita y proabortista a nuestros hijos y con las campañas de los buses ateos, aquí, en Gran Bretaña, Italia y otros países.
Es un insulto continuo a lo más íntimo de las personas: a sus creencias y a su piedad.
Esta gentuza que, poco a poco, se va apoderando de los gobiernos mundiales (transmutada aquí en socialismo, allí en laborismo, allá en obamamesianismo y acullá en boliviarismo) recordemos que hunde sus raíces en el socialismo.
Y no olvidemos nunca que el partido que lideró ese charlotín torturador y asesino llamado Hitler se denominaba nacional socialista.
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