Lenin partió de Berlín a Moscú con un tren cargado de oro, que le habían proporcionado dichos banqueros, para financiar la revolución comunista. El tren tenía orden de no realizar ninguna parada intermedia entre las dos ciudades.
Es la más clara muestra de que los Illuminati/Bilderberg fueron los creadores tanto del capitalismo (tesis) como del comunismo (antítesis), para construir una nueva síntesis hegeliana de los dos opuestos, que es lo que nos preparan ahora y cuyo incipiente ejemplo más claro es la sociedad que se está construyendo actualmente en China: un país de productores, esclavos del capitalismo, atenazados por una opresión comunista totalitaria, atea y que no deja margen a la privacidad.
China es el espejo del futuro que nos preparan.
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