Ayer tuvimos el placer de degustar una nueva edición de ese teatrillo con el que, cada cuatro años, nos intentan vender nuevas ilusiones que repongan el inmenso Himalaya de decepciones que precede a cada cita electoral.
Del insufrible debate sólo debemos señalar una cosa. Contemplamos, con ojos completamente somnolientos, un combate entre la hipocresía y la cobardía...
La hipocresía, por parte del señor Rubalcaba, que parecía no haber sido copartícipe del inmenso desastre económico, institucional y -hasta si me apuran- moral al que ha conducido a este país la alegre panda de socios-listos, progresistas hacia el precipicio...
La cobardía, de parte del señor Rajoy, que no se atrevió a decir claramente qué acciones concretas realizaría en relación a muchos temas. Señalemos sólo uno: el matrimonio gay...
El señor Rubalcaba le preguntó claramente qué haría si llegase al poder... ¿suprimiría el "matrimonio" homosexual...? ¿Anularía los "matrimonios" concertados hasta el momento...? (Aclaro al ingenuo lector que esto no sería posible según nuestra Constitución, pues la misma establece que las leyes no pueden tener carácter "retroactivo"... así que los amantes de lo tradicional pueden perder toda esperanza mientras nuestra irrisoria "Magna" Carta siga en vigor... "Aquel que cruce las puertas de esta Constitución, pierda toda esperanza", parafraseando a Dante).
Pues bien, Mr. Rajoy (al que le vendría al pelo el apodo de "Mr. Rajao") no dijo nada de nada... No quiso mojarse. Como es su habitual tónica...
Pues sí, señores, esto es lo que nos espera... O más de lo mismo... o sorpresas múltiples, provinientes de una Derecha que no se define claramente, que no da la cara, que se esconde... Una Derecha, en definitiva, "versátil", que sitúa como segundo de Rajoy a Gallardón, un "derechista" cuya política en la alcaldía de Madrid ha sido por completo socialista, con montañarrusianas subidas de impuestos y endeudamiento a tope... Una Derecha timorata, hipócrita, adaptable a todo... Sin principios sólidos...
Éste es el debate, señores, el debate de España. El combate entre los hipócritas y los cobardes...
Que Dios -si es que existe- nos pille a todos confesados...
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