En nuestra más sincera opinión, no. Nunca antes hubo un cúmulo de circunstancias que propiciaran de tal forma la posibilidad de un golpe de Estado militar en nuestro país...
Ojo, dense cuenta de que hablo de situación "propicia", pero no de situación "probable"...
Mientras una Monarquía totalmente desprestigiada en los últimos tiempos por el dispendio "privado" del Rey -eso sí, alimentado con fondos "públicos" a través de nuestros redundantemente "impuestos" impuestos- se ocupa tan sólo de tapar, como puede, los presuntos trapicheos de miles de millones de pesetas del yerno real y, quizás, de una de las infantas... Mientras un "Soberano" totalmente impasible se calla como si nada tuviera que decir ante las proclamaciones de "soberanía" de una región en donde todos se ven como los "niños bonitos" de la nación a los que les da auténtico asco mezclarse con el resto de los españoles... Mientras en otra región los amigos de los asesinos de mil españoles se sientan, impunemente, en el parlamento regional... Mientras un Gobierno se encumbra en el Poder a través del engaño, haciendo, al día siguiente de ganar las elecciones, rotundamente lo contrario de lo ofrecido en el programa electoral que le facilitó la victoria en los comicios... Mientras ese mismo Gobierno condecora al anterior ejecutivo -que llevó a la ruina a España-, indulta a banqueros condenados por corrupción, a un kamikaze automovilístico porque uno de sus abogados era el hijo del Ministro de Justicia, y, sobre todo, a un sanguinario asesino etarra... Mientras este Gobierno presuntamente va a saltar por todas sus costuras por los casos de corrupción del "Sobregate" y del caso Gürtel... Mientras la alternativa política carece de alternativa real por haber hundido a nuestra nación en la más absoluta miseria... El país se desangra con más de seis millones de parados y con dos millones de familias que carecen de ingreso alguno...
Les aseguro que, si, en este momento, cualquier Tejero, Milans del Bosch o Armada de nuevo cuño hicieran aparición en escena, nadie movería un solo dedo en defensa ni de este Monarca ni de este Gobierno ni de esta oposición ni, por supuesto, de esta Constitución...
¿O usted sí lo haría, querido lector? ¿Sería usted capaz de dar la vida por este medio millón de sujetos -nuestros políticos- que, como sanguijuelas vampirizadas, han chupado insaciablemente, en los últimos treinta años, hasta la última gota de nuestra riqueza y de nuestra esperanza...?
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