"La inteligencia de una sociedad es inversamente proporcional a su deseo de ser sometida por su propio Gobierno". (El Filóloco)

"Mientras que los judíos han conseguido que el antisemitismo sea un delito, los españoles hemos conseguido
que el antiespañolismo (el insulto y la vejación de todo lo español) sea un derecho democrático". (El Filóloco)

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martes, 31 de agosto de 2010

La conspiración del "stress"


Hace unos días hablamos de la denominada conspiración del amansamiento y hoy nos toca hablar del envés de esta teoría conspiranoica: la conspiración del estresamiento.

Es ésta la teoría más divertida de todas las que conozco y sobre ella se han editado algunos libros, por increíble que pueda parecer.

La conspiración del estrés se basa en la creencia de que un Gobierno mundial oculto (acudamos para ello a los socorridos illuminatis o bilderbergers) desde hace años intenta aumentar la presión psicológica sobre toda la humanidad para que estemos continuamente preocupados por problemas triviales y no nos centremos en los asuntos que realmente debieran regir el destino humano, es decir, la economía real, la moral y, en definitiva, el sentido último de la vida.

El método empleado por estos vampiros del pensamiento reflexivo consiste en bombardearnos con múltiples incomodidades y en generar en nosotros continuas ansias que nos conviertan en esclavos de absurdas necesidades.

Pongamos algunos ejemplos:

Un clásico son las envolturas retractiladas de innúmeros productos de nuestros días: Cuando usted, querido lector, compra un CD e intenta abrir su envoltorio, seguramente sudará tinta china hasta que lo logra. Casos similares podemos encontrar en productos de aseo a los que se adhiere otro producto extra de regalo y cuyo envoltorio es más difícil de despegar que la piel de un armadillo.

Otro ejemplo: la proliferación, primero de los walkman, luego de los discman y, ahora, de los ipod, ha producido una generación de jóvenes sordos que, además, de molestarnos en el metro con el enfermizo retumbar procedente de sus auriculares, hará que los mismos imberbes pongan en su casa la música igualmente alta, para "deleite" de sus vecinos, creyéndose ellos mismos que la están escuchando a un volumen prudente.

Sin salirnos del metro o de los transportes públicos: desde hace años se ha extendido la costumbre de llevar una mochila a la espalda, a la manera de un sumiso camello, interesante costumbre mediante la cual puedes molestar a diestro y siniestro al resto de viajeros que te rodean.

Más cosas: En los últimos años han proliferado las escaleras mecánicas, pero, la mitad de las veces, éstas se encuentran estropeadas (al menos, en este avanzado país que es España), lo que obliga a subir o bajar a la gente por unos escalones mucho más altos de lo físicamente aconsejable.

Otrosí, la moda del botellón en España es otro fruto de estos conspiradores del estrés que, amén de convertir a nuestra juventud en un rebaño de malolientes alcohólicos, ha elevado hasta extremos insostenibles el nivel de ruido en muchos barrios, y disminuido, por tanto, las horas de sueño del gafado vecindario de turno.

Los ejemplos no se acaban:

En España, por ejemplo, muchos gobiernos locales y autonómicos, sumisos al Nuevo Orden Mundial, están sustituyendo en determinadas calles la pavimentación tradicional por otra más bella y más cara, consistente en grandes losas de granito claro. El resultado, a primera vista, es mucho más agradable, pero, con el paso del tiempo, estas grandes losetas tienden a levantarse y los tropezones que pueden provocar en los viandantes son dignos de una función circense. El color extremadamente claro de las susodichas losas impide, igualmente, a los peatones algo cortos de vista distinguir bien el borde de las que se hayan levantadas. Igualmente tampoco se distinguen con facilidad los escalones, cuando las escaleras están construidas con dicho material. Basta con darse un paseo por la madrileña plaza del Marqués Viudo de Pontejos para darse cuenta de lo fácil que es darse allí un morrazo digno de salir en algún programa de vídeos despiadados.

En Madrid y en otras ciudades, se están bordeando muchas aceras con vallas metálicas para que los peatones no crucen indebidamente, siempre "velando por su seguridad". Pero como en esta incomodísima ciudad las distancias entre pasos de peatones son kilométricas, a veces, para cruzar al portal de enfrente debes realizar un rodeo tal que ni el tonto más gilipollas del actual Gobierno de España se le ocurriría jamás dar. Además, ese procedimiento te crea un estrés adicional, porque siempre llegarás tarde a cualquier sitio, aunque estés al lado.

La invasión de ruido por obras públicas: Da igual que sean obras estatales, autonómicas, municipales o privadas (como la instalación de nuevos cables telefónicos o tuberías de gas). Un ejército de decibelios subidos de tono horadan continuamente nuestros atribulados tímpanos -todo, supuestamente, para mejorar nuestro bienestar-. Si es verano, las susodichas obras aumentarán en número, para que el insoportable ruido pueda ser mejor escuchado, al tener todo el mundo las ventanas abiertas, y se consiga, de paso, una estupenda combinación con el polvo levantado y el calor estival.

El "reciclado" de basuras: En los últimos años, la propaganda del Nuevo Orden nos ha obsesionado tanto con el reciclado del basuramen que producimos que, si, por cualquier razón, se nos ocurre tirar una pila eléctrica, una botella de vidrio o un tetrabrick a la bolsa de toda la vida y no los depositamos en sus correspondientes contenedores, el arrepentimiento nos reconcomerá y, seguramente, pasaremos una larga noche en vela lamentando amargamente nuestra indignante acción "insolidaria"...

Y, en fin, el clásico que todos conocemos: el estrés psicológico producido por el ansia de comprar que nos sobreviene cuando nos informan de que el aparatito electrónico de turno que compramos hace diez días ya se ha quedado anticuado, vamos, que es antediluviano o, al menos, de la época que Noé, y que debemos, por supuesto, comprar impulsivamente la siguiente novedad que, igualmente, se quedará vetusta en los siguientes diez días.

Ésta es, señores, la teoría de la conspiración del estresamiento: algo que nos parecerá totalmente absurdo si el estrés que llevamos encima nos impide empezar a reflexionar sobre ello...




domingo, 29 de agosto de 2010

Hacia una Democracia Mejorada: por la auténtica separación de poderes

Montesquieu

Tradicionalmente, la democracia se ha asentado sobre un taburate de tres patas, que son los tres poderes del Estado: el Ejecutivo (Gobierno), el Legislativo (Parlamento) y el Judicial (la Justicia). La idea de la triple partición del poder proviene de la Ilustración y fue ampliamente difundida por Montesquieu.

Cuanto más independientes sean estos poderes, más democrático será el país.

La nación que lleva más a rajatabla la separación de los susodichos tres poderes es, cómo no, los Estados Unidos (de América, se entiende, porque también existen los "Estados Unidos de México", jeje). En esa gran nación se elige por separado al Ejecutivo, es decir, al Presidente de los Estados Unidos (que es, a la vez, Jefe de estado y Presidente del Gobierno), al Legislativo (Congreso y Senado) e incluso se puede elegir a algunos miembros del Judicial: a ciertos jueces del bajo escalafón. Pueden elegir, por otra parte, al Fiscal del Distrito (¿se imaginan en España que pudiéramos elegir al, siempre sumiso al Gobierno de turno, Fiscal General del Estado?

Por elegir, eligen hasta al comisario del distrito, al que, si no cumple bien con su labor de disminuir la delicuencia en su localidad, se le dará el bote y se les sustituirá por otro.

La democracia estadounidense es, pues, una democracia mucho más perfecta y real que la triste parodia española, en la que no podemos elegir al Jefe del Estado (que es el Rey) y, al votar, cada cuatro años, elegimos mezclados al Legislativo y al Ejecutivo, pues son los diputados los que eligen al Presidente del Gobierno por nosotros.

De elegir a algún miembro de la judicatura por parte de los españoles... ni por asomo. Y menos a los fiscales (fieles siervos del Gobierno). Ni al comisario ni nada.

En Estados Unidos, las elecciones al Legislativo y al Ejecutivo no coinciden y se alterna, aproximadamente, cada dos años, lo cual permite que, si la gente se siente descontenta con el presidente elegido, puedan castigarle al poco tiempo, votando al partido contrario, en el Parlamento. Esto propicia que, en ocasiones, el Presidente de Estados Unidos tenga que "cohabitar" con un Congreso y Senado adversos a él.

La democracia estadounidense no es perfecta del todo, pues el Gobierno elige, como en España, a los miembros del Tribunal Supremo, cargo, por cierto, allí vitalicio.

Pero en España los políticos no sólo eligen a los miembros del Supremo, sino también a ese invento para colocar a más "vivientes" (no diremos "vividores") del Estado, denominado Tribunal Constitucional, amén de a los miembros del Consejo General del Poder Judicial.

El ideal de democracia sería aquella en la que los ciudadanos, además de todas las posibilidades electorales que poseen los estadounidenses, pudieran elegir también directamente a los miembros del Poder Judicial o, al menos, a sus más altas instancias (Supremo, Constitucional y similares).

Desde aquí abogamos, pues, por un Poder Judicial electo.

En España, en definitiva, nos han diseñado una "democracia cómoda": "Elija usted sólo una vez cada cuatro años y ya no se preocupe de más. Nosotros hacemos el resto".

Ellos eligen por nosotros.

Tanto velan por nuestra comodidad, que apenas nos consultan ante decisiones trascendentales mediante referendos (bien se podrían haber hecho sendas consultas en todo el Estado sobre los temas del aborto, las bodas gays, el deso de idependizarse de algunas regiones, nuestra participación en lejanas guerras -como Irak y Afganistán- y sobre si deseamos una República o Monarquía, por poner algunos ejemplos). Los referendos son en España, por otra parte, sólo consultivos, es decir, no vinculantes, por lo que, si el resultado no le gustase al Gobierno de turno, podría no tenerlo en cuenta. Todo muy "democrático", como ven... ¡Qué gran diferencia con Estados como Italia o estados federados como California, en los que, continuamente, se recurre a referendos que son, por otra parte, vinculantes.

En fin, en esta falsa democracia que es la proclamada por la esperpéntica Constitución de 1978, los políticos han conseguido que los ciudadanos trabajemos poco, que nos cansemos lo mínimo.

Que no nos herniemos, vamos.

¡Cuánto velan por nuestra salud!




viernes, 27 de agosto de 2010

La conspiración del amansamiento: la fluoración de las aguas, las estelas químicas y la falsa vacunación

Misteriosas estelas químicas dejadas en el cielo.

Existen dos teorías de la conspiración, a cada cual más curiosa y sorprendente: La conspiración del amansamiento y la conspiración del estresamiento.

Hoy nos centraremos en la primera de ellas:

La denominada conspiración del amansamiento cree que la población humana está siendo controlada progresivamente mediante diversos procesos de amansamiento cuyo último fin es constituir una sociedad totalmente domeñada, sumisa y servil ante los nuevos designios de las altas esferas gobernantes. Una sociedad en la que nadie se rebelaría y que aceptaría cualquier nueva norma e idea procedente de los, aparentemente, democráticos gobiernos que la rigen.

El más clásico de estos procedimientos es el denominado proceso de control mediante la fluoración del agua. Es la más clásica de estas teorías, y ya se han publicado varios libros al respecto. También podemos encontrar algunos grupos en Facebook (especialmente chilenos), preocupados por la generosidad con que se vierte flúor en las aguas que llegan a los domicilios para, en teoría, "desinfectarlas". Según estos teóricos, hace años que se descubrió que el flúor, en cantidades apreciables, confiere cambios de personalidad en los sujetos que lo toman, y que se traducen en una mayor tranquilidad y sumisión ante los demás. Según los citados conspiranoicos, una sociedad que consuma abundante agua fluorada será una sociedad sumisa que no se rebelará jamás ante ningún cambio social impuesto. (Yo llevo años tomando agua mineral, pero no por esa razón, sino porque me resulta insoportable el tremendo saber a cloro del agua del grifo: por eso debo de ser tan incorformista ante todo, jeje...)

Dentro de los procesos de amansamiento entran también las llamadas chem-trails (estelas químicas), es decir, esas marcas, aparentemente de vapor de agua, que muchos aviones dejan en el cielo y que permanecen durante horas y horas.

Los conspiranoicos de las estelas químicas piensan también que las susodichas estelas contienen productos químicos destinados a amansar a la población mundial y que, buena parte de ellas, serían las difusoras, además, de muchas de las enfermedades que, extrañamente, han aumentado en nuestros tiempos, como el imparable crecimiento de las alergias o el galopante ascenso del alzheimer. Aparentemente, esto puede parecer una locura más, pero recuerdo una entrevista radiofónica, hace tiempo, con un piloto de una línea comercial en la que le preguntaban por el asunto y en la que contestó que los aviones despiden simplemente vapor de agua y que éste se deshace al momento. No supo, pues dar una respuesta a la cuestión de por qué las mencionadas estelas permanecen horas y horas en el cielo.

Más recientemente, el televisivo meteorólogo Jacob Petrus, de la emisora TeleMadrid, comentaba que, seguramente, las estelas de "vapor de agua" permanecerían o no dependiendo de la situación atmosférica del momento y de la altura a la que navegase el avión. Habría, pues, días, en que, por las especiales condiciones de humedad, presión y temperatura, las estelas permanecerían más tiempo de lo habitual. Tras esto, dediqué varias horas a ver si la mencionada teoría se cumplía...

Pero no ocurrió así: en el mismo día y a la vez se podían observar aviones cuya estela permanecía y aeronaves en la que ésta se deshacía rápidamente a su paso. Igualmente pude apreciar aviones a la misma altura, unos dejando estelas permanentes y otros estelas que rápidamente desaparecían...

Lo curioso, además, es que, cuando han sido fotografiadas estas aeronaves sembradoras de estelas, no se ha apreciado jamás en ellas insignia de ningún tipo que las identificase con compañía aérea o país alguno. También se han fotografiado estos aviones expulsando el misterioso "vapor" por orificios no correspondientes a los habituales. Por otra parte, si se fijan ustedes, dichos aviones vuelan habitualmente a una altura muy superior a los demás.

Para terminar, señalaremos un último proceso de amansamiento, del que sospechan estos teóricos: la inoculación de productos químicos, a través de las vacunas, ajenos a la función de éstas.

Es sabida la continua ampliación en todos los países de los calendarios de vacunación, por recomendación de la OMS. Los que, en nuestra infancia, sufríamos dos o tres pinchazos a lo sumo a lo largo de nuestras vidas, vemos sorprendidos ahora que han convertido a nuestros hijos en una especie de alfileteros para vudú, con incontables citas de vacunación pendientes.

Igualmente de actualidad, hasta hace bien poco, ha sido el timo de la vacunación de la gripe A, mediante la cual se ha inoculado una inútil medicina para prevenir de una fantasmagórica enfermedad. Desde luego, no sé si la citada vacuna ha servido en realidad para algo, aunque sí para que determinadas farmacéuticas se enriquezcan...

En fin, amigos, según estos teóricos, somos pasto de experimentación en un progresivo intento para constituir una sociedad totalmente doblegada y sumisa...

Y, por hoy, me despido, pues otro día hablaremos de la conspiración del estresamiento, ésta aún más original y divertida...




miércoles, 25 de agosto de 2010

¿Soy en realidad antimonárquico?


En principio, tras escribir cosas como la anterior carta, el lector habitual de mi blog rápidamente deducirá que soy un furibundo antimonárquico.

Bueno, en principio, no soy monárquico, así, en general, por una cuestión de mera higiene mental: es inconcebible que, en el siglo XXI, un país mantenga en el poder a dirigentes cuyo mandato no es revalidado periódicamente mediante el ejercicio democrático de las urnas.

Subrayo de lo "periódicamente", porque a mí no me vale que, asiéndose a la excusa de que, ya que nuestros padres o abuelos votaron "sí" a una Constitución la cual establece como forma de Estado para España una monarquía parlamentaria, debamos tener un rey hasta el Día del Juicio Final y más allá. La mayoría de los actuales españoles no aprobamos dicha Constitución bien porque éramos menores de edad bien porque ni siquiera habían nacido...

Yo, como muchos "nuevos" españoles, no nos sentimos vinculados en absoluto a la citada carta magna y, de haberse producido la votación en nuestros días, indefectiblemente hubiéramos votado "no": en primer lugar, para rechazar el absurdo experimento del autonomismo desintegrador, y, en segundo lugar -aunque éste ya no es un asunto tan importante- para exigir que nuestro Jefe de Estado sea elegible periódicamente.

Pero, al margen de esto. ¿Soy en realidad antimonárquico?

Si nos centramos en las peculiares características de este país llamado a España y de toda su trayectoria histórica, la respuesta sería "no".

Y digo que no, porque pienso que España sí es un país necesitado de monarquía, dadas las infernales experiencias de las dos repúblicas anteriores: una I República autofagocitante, en la que diversas regiones proclamaron su independencia y que llegó a extremos tan risibles como que un pueblo se proclamase la "Nación Jumillana" o que la Región de Murcia se proclamase la "República de Murcia", dentro de ella se quisiera independizar el "Cantón de Cartagena" y, dentro de esa misma ciudad, un barrio también quisiera asimismo la independencia. La Casa de Tócamerroque de todas las repúblicas proclamadas a lo largo de la civilización, vamos.

Y una II República no menos ridícula y, sobre todo vil, en la que, no pasado un mes de la proclamación de la misma, se produjo una satánica quema indiscriminada de conventos y de iglesias, de matanzas de religiosos y de violaciones de monjas. No pasó mucho tiempo para que se produjeran diversos intentos de golpes de Estado -el más destacado de los cuales fue la sangrienta Revolución de Asturias, golpe de mano instigado por el PSOE- y la proclamación del "Estado Catalán", instigado por nuestros acomplejados compatriotas del nordeste.

Ante este panorama, es difícil soñar con una III República para España y el dicho "A la III va la vencida" va para largo...

España, tristemente, pues, necesita una monarquía.

Pero necesita una monarquía fuerte, no como la actual. Una monarquía no que "reine, pero no gobierne", sino que tenga en sus manos cierto grado de poder ejecutivo que ponga orden al caos del independentismo autonómico.

Es decir, que ponga firmes a todos los racistas paletonazis norteños que han inoculado el veneno de la cizaña en nuestra sociedad desde hace más de treinta años.

Es cierto, además, que, para que todo esto se llevase a cabo, no sería necesario ni siquiera un cambio constitucional.

Al margen de que carezca de poder ejecutivo, nuestro actual monarca bien podría haber dado, en múltiples ocasiones, algún discurso institucional que otro en que dejara bien claro que él -al mando del ejército- es el garante de la unidad de nuestra Patria, y hubiera cortado así, por lo sano, las veleidades separatistas.

Pero no lo ha hecho.

A lo sumo, se ha limitado a dar el típico discursito navideño, una vez al año y, a repetir los típicos tópicos de siempre una y otra vez.

No soy, por tanto, antimonárquico: soy antijuancarlista, pues siempre me ha parecido que éste es el peor rey que podría haber para España.

No se me diga "que nos dio" la democracia, como si ésta hubiera sido un invento suyo: ¿es que acaso hubiera sobrevivido nuestro país como la última dictadura de Occidente? El paso a la democracia fue, simplemente, una cuestión de supervivencia y ni a él debemos nada ni a nuestros padres y abuelos, pues bien agachaditos estuvieron durante cuarenta años a las órdenes de Franco sin decir ni mu.

Espero que, por lo menos, algún día, se establezca un referéndum periódico (cada cuatro o cinco años) de revalidación de la Monarquía o que, al menos, se realice uno en el momento en que el príncipe Felipe suceda al actual monarca... (...para que luego digan que no soy optimista...)




lunes, 23 de agosto de 2010

"Trini"


La ministra de Sanidad del Gobierno de España, Trinidad Jiménez, está que se sale: todos la quieren. Zapatero la alaba y la propone como candidata a presidenta de la Comunidad de Madrid, todos hablan bien de ella (incluso parte de la Derecha) en su labor al frente del ministerio... En fin, es una chica que promete.

Lo que a mí me sorprende de esta simpática mujer es su trayectoria...

Hace tiempo se presentó como candidata a la alcaldía del Ayuntamiento de Madrid, donde sufrió una sonora y previsible derrota por parte de Alberto Ruiz-Gallardón. Los únicos méritos de la chica -totalmente desconocida entonces, salvo para los círculos de los iniciados en el socialismo- parecían ser su agradable sonrisa y que era hija del magistrado del Tribunal Supremo José Jiménez Villarejo y sobrina del fiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo ("todo queda en casa").

Pero, poco después, no la encontramos siendo invitada al selectísimo Club Bilderberg, como si fuera una más de los dirigentes secretos de ese intrigante Gobierno Mundial...

A ningún chiquilicuatre se le invita, así como así, al selecto club conspirador, a menos que se tengan planes futuros para el mismo...

Pasó el tiempo y la vimos convertida en ministra de Sanidad por obra y gracia de Zapatero. Por aquellos tiempos realizó también un curioso viaje a México.

Debemos señalar que México, junto con Turquía (y, probablemente, Canadá y, actualmente, España) son campos de experimentación desde hace años de la Masonería.

Tras el corrupto Gobierno mexicano de turno siempre ha estado la mano masónica, que hace y deshace lo que desea en el país azteca. El desastre moral de ese país, con el narcotráfico campando por sus respetos, la pobreza endémica, la continua desaparición de mujeres en Ciudad Juárez y aledaños, la instauración de cultos satánicos, como el de la Buena Muerte y, más recientemente, la progresiva implantación del matrimonio homosexual en el Distrito Federal no son más que una pequeña muestra de esa negra mano, sierva del Nuevo Orden Mundial y tributaria de los Bilderberg.

De Turquía sabemos menos, salvo que la revolución "laicista" dirigida por el también masón Atatürk ha sido en gran parte debilitada gracias a Alá.

Volviendo a México, el viaje de Trinidad al país norteamericano y su alzamiento como ministra fue todo uno.

¿Recuerdan otro personaje español que, tras un viaje a México cambiase sustancialmente su discurso...? ...Para los olvidadizos lo recordaré: Rajoy, ni más ni menos. Así que cuidado con este personaje, pues, si nos llega a gobernar algún día, veremos todos cómo no deshace en absoluto nada de lo sembrado por Zapatero y su troupe: nos dejará las bodas gays (a lo sumo, cambiándolas de nombre), nos dejará la libertad completa de aborto y, por supuesto, el que el consumo "personal" de drogas no sea delictivo, al contrario que en otros países mucho más civilizados como Francia y Estados Unidos.

México es el país tributario por excelencia de la Masonería y, todo personaje que va allí, acude, consciente o inconscientemente, para ser "orientado" y "promocionado" en un próximo futuro. O sea, para ser orientado hacia el Gran Oriente.

En México se refugiaron la mayoría de los dirigentes republicanos españoles, que eran, casi en su totalidad, masones. Otros prefirieron quedarse en Francia e Inglaterra, países en los que la "discreta" organización campa también a sus anchas, pero la mayoría prefirió el soleado país latino...

Curiosamente, tras el viaje a México y su nombramiento como ministra de Sanidad, comenzó en México la famoso "Gripe A".

Ahora se ha descubierto que todo fue un bulo, voceado especialmente por los directores de la OMS (otra organización que, como la OMC, lustra gustosamente los zapatos del Nuevo Orden Mundial). La falsedad de la epidemia fue, a la vez que un experimento sociológico de esos que tanto les gusta a esta gente para ir analizándonos y ver cómo reaccionamos, un método para que las farmacéuticas -de las que la mayoría de estas personas son accionistas- se lucrasen a base de vender unas vacunas que luego no han sido utilizadas.

Pero en España ya tenían a su hombre -en este caso, a su mujer-, doña Trinidad, que no pondría el menor obstáculo en comprar a espuertas vacunas y más vacunas inútiles para una enfermedad falsa.

Doña Trini puede que no supiera nada de lo que se cocía tras la mentirosa pandemia, pero actuó como los miembros del selecto club bilderbergiano preveían que obrase.

Y bueno, señores, les anuncio novedades: verán cómo en un futuro no demasiado lejano encontraremos a la señora Jiménez como sustituta de Zapatero, compartiendo, como él, esa eterna sonrisa que encandila a los más bobos...




sábado, 21 de agosto de 2010

Orgulloso de hablar español


En una reciente encuesta, difundida por los medios de comunicación, realizada a los turistas que vienen a España, acerca de lo que menos les gusta de nuestro país, me llamó la atención una de sus respuestas: la imposibilidad de poder comunicarse bien con los españoles ante la "carencia de idiomas" de éstos.

Es decir, estos camiseteros y, en buena parte, etílicos visitantes que nos invaden todos los años piensan en la obligación que tenemos los españoles de conocer todos los idiomas habidos y por haber...

Bueno, se sobrentiende que se referían al escaso dominio del inglés que poseemos, claro, instituido por la fuerza del dinero y de las armas en la "lengua universal"...

Pero lo que a muchos se les puede antojar como carencia, a mí me llena totalmente de orgullo:

Si en España habláramos sólo en una lengua minoritaria, como el catalán, el vasco o el guaraní, podría comprender el acomplejamiento sobrevenido ante tal falta de cultura lingüística...

Pero el hecho de expresarnos en la tercera lengua del mundo por número de hablantes (tras el chino y el inglés) y en la segunda lengua materna (sólo tras el chino) me parece que no merece tal autofustigamiento y que, al igual que los anglosajones y los chinos no emigrantes no hacen el menor esfuerzo por aprender otras lenguas, los españoles debemos hacer lo mismo, es decir: promocionar nuestra lengua haciendo que los demás tengan que aprenderla para comunicarse con todo el mundo hispanohablante.

Es decir: si desean hacer negocios con nosotros, que aprendan nuestra lengua.

Sé que mi opinión va a contracorriente -como todo este blog-, pero siempre he pensado que debemos pagar con la misma moneda con que nos pagan a nosotros.

El español es la lengua del futuro, y, en breves décadas, arrinconará al inglés -la única lengua del mundo en que, si lees por primera vez una palabra, no sabrás cómo pronunciarla.

Se escandalizarán ante mis ideas todos los pijiprogres y pijicarcas que llevan a sus hijos a colegios bilingües, puesto que no querrán tirar a la basura la generosa "inversión" realizada por las susodichas castas parasitarias para que sus hijos sigan dominando la sociedad, como lo han estado haciendo ellos mismos durante décadas.

Quitémonos, pues, los complejos y aprendamos a enseñorearnos por todo el mundo con nuestra lengua, la más bella, la más amada y la más digna.




El fin de Occidente

"Una sociedad que aborta a sus hijos no merece la vida".









Todas las frases del Filóloco juntitas, pero no revueltas, en: Frases lapidarias del Filóloco


miércoles, 18 de agosto de 2010

La perversidad, el aborto

"Perversa la mano del Gobierno que preserva la vida de los culpables y acaba con la de los inocentes".





Todas las frases del Filóloco juntitas, pero no revueltas, en: Frases lapidarias del Filóloco


martes, 17 de agosto de 2010

Don de lenguas



Ver el vídeo en You Tube

Esta segunda entrevista es falsa, pero, para el caso, es lo mismo:



Ver el vídeo en You Tube




domingo, 15 de agosto de 2010

Prohibicionismo catalán


Ya que los catalanes son tan dados al "prohibicionismo" (prohibidas las corridas de toros, prohibido rotular los comercios sólo en español, prohibida la enseñanza en español...), dediquémonos a prohibir lo que en otras comunidades molesta. Estoy seguro de que en Madrid, mayoritariamente, prohibiríamos la nueva ley del aborto...

(De paso, también podríamos prohibir el consumo de butifarra, fuet, cava y demás vomitivos, dado que no son productos tradicionalmente madrileños, igual que las corridas de toros no son tradicionalmente catalanas...)




viernes, 13 de agosto de 2010

Cataluña ridícula (2)


Estos días hemos venido observando con pasmo una campaña publicitaria televisiva en el programa "Tonterías, las justas" del humorista Florentino Fernández en el que se animaba a la gente a comprarse una camiseta sobre cuya superficie rezaba el lema "Fans de Cataluña" y se proporcionaba una dirección web.

¿Hasta ese ridículo extremo a llegado Cataluña, que necesita vender camisetas de las manos de humoristas pasados de moda para su promoción?

Vergüenza ajena me dio el ver tan ridículo anuncio.

¿Hasta dónde ha llegado esa risible "nación" de cuchufleta?

Todo ello me recordó una coplilla surrealista que, a veces, se decía en los tiempos de mi padre, referida a los mercados de baratillo y que le va a las mil maravillas a esta Cataluña en rebajas de dignidad:

"A peseta camiseta,
a reales orinales,
hay pestañas de santos
para bigotes de viejas"




jueves, 12 de agosto de 2010

Fábula de la España de Zapatero

"Mientras las gallinas dormían, la zorra les robó el futuro".





Todas las frases del Filóloco juntitas, pero no revueltas, en: Frases lapidarias del Filóloco


miércoles, 11 de agosto de 2010

Nueva definición de "fascista"

fascista.

1. adj. Dícese de aquel totalitario que insulta con la palabra 'fascista' a todo aquel que no comparte su opinión.




domingo, 8 de agosto de 2010

Carta a mi empleado más caro


A la AT. del Sr. D. Juan Carlos Borbón Borbón

Muy Sr. Mío:

Me dirijo a Vd. -cosa que no suelo hacer a menudo entre mis empleados- debido, esencialmente, a la especial situación generada por la crisis económica que ha repercutido gravemente en mi economía familiar y que, como Vd. ya sabe, es una de las empresas de las que Vd. cobra puntualmente sus emolumentos.

Como se podrá imaginar, la angustiosa situación económica producida nos ha llevado a plantearnos una lógica reestructuración de personal y, dado que Vd. es nuestro empleado más caro y que recibe su salario a través de nuestros impuestos, hemos empezado a examinar su rendimiento, para ver si el mismo se corresponde con la generosa remuneración que entre todos los españoles le hemos asignado, es decir, 9 millones de euros (unos 1.500 millones de pesetas) de los que Vd. puede disponer libremente y distribuirlos como quiera, sin ni siquiera desglosar sus gastos ante el Parlamento español.

Examinando el contrato que le hicimos en el año 1978, desearíamos que se centrase en el apartado denominado Artículo 56 párrafo 1 y que dice lo siguiente:

"El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado Español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las Leyes."

También desearía que echase un vistazo al Artículo 61 párrafo 1 del mismo:

"El Rey, al ser proclamado ante las Cortes Generales, prestará juramento de desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las Leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas."

Hemos resaltado en negrita aquellas funciones que, a nuestro parecer, ha incumplido a lo largo de estos años, pues, en todo este tiempo, no ha hecho absolutamente nada por mantener la unidad de los españoles, desde el primer momento gravemente amenazada -y de forma creciente- por el separatismo catalán y vasco.

En este tiempo tampoco ha arbitrado y moderado el funcionamiento regular de las instituciones, pues de todos son conocidos los continuos problemas en las elecciones de los miembros del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional que, estos años, han servido de arma arrojadiza entre los distintos partidos políticos y que regularmente han puesto en peligro la estabilidad institucional.

Por último, tampoco ha hecho respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas, siendo los más claros ejemplos la prohibición, para muchos ciudadanos españoles, de recibir su educación en español en Cataluña y las multas que esa institución denominada Generalidad Catalana ha impuesto sobre sus compatriotas por rotular en español sus comercios.

Dada la clara dejación de funciones que ha ejercido a lo largo de estos años, a pesar de la generosa retribución que le habíamos asignado, nos vemos, por tanto, en la necesidad de rescindir su contrato.

El despido tendrá efectividad desde el momento en que se reúna la Junta de Accionistas convocada a un referéndum sobre la Monarquía, que esperamos -si a los españoles les entra algo de luz en la cabeza- se convoque a la mayor brevedad posible.




sábado, 7 de agosto de 2010

Re-agradecimiento al "Pulpo Paul"


Tras las amables palabras que el "Pulpo Paul" -el nuevo colaborador del blog del Filóloco- me dispensa desde sus páginas, no me queda más remedio que re-agradecer su agradecimiento.

Tras el seudónimo del "Pulpo Paul" se encuentra un conocido personaje de la opinión pública española, ante el que reitero el honor que para mí supone que escriba en mi blog bandera.

Este personaje ya viene desarrollando, desde hace años, un conocido blog en otra plataforma, ante el cual el mío se encuentra distancias siderales por número de visitas. Por lo que me ha contado, ha preferido iniciar un nuevo blog, de momento anónimo, para expresar en él, con libertad, sus opiniones más personales...

Estoy deseando de qué me dé permiso para comunicaros quién es -y publicitar, así, aún más mi humilde espacio, jeje-, pero, mientras no lo haga, o él mismo se descubra, seguiré, por supuesto, respetando su pactado anonimato.

Por último, quiero agradecerle también el que me haya incluido entre "los mejores blogs de política", junto a otros famosos blogs a los que no soy digno ni siquiera de atar los zapatos.

Lo dicho, "Paul", un abrazo y escribe aquí todo lo que quieras.




jueves, 5 de agosto de 2010

Las constituciones encorsetantes


Ayer mismo nos llegaba la noticia de que un juez estadounidense, al servicio del Nuevo Orden Mundial, había rechazado la derogación de las bodas gays, aprobada en referéndum en el estado de California.

De poco ha servido que el pueblo californiano rechazase mayoritariamente esa pantomima e insulto a todas las religiones existentes que es el "matrimonio" homosexual. Poco importa, por lo visto, la voluntad del pueblo en un país que hace alarde de democracia.

La excusa que ofrece el susodicho juez es que dicha prohibición "atenta contra la igualdad" que protege la Constitución de los Estados Unidos. La sentencia ahora se recurrirá ante el Tribunal Supremo (que es el que dirime en dicha nación todas las cuestiones constitucionales, no como en España, en donde hemos creado un tribunal específico para las mismas, aparte del Tribunal Supremo, con la finalidad de colocar a más y más vividores del Estado). Se tendrán que modificar seguramente las constituciones de cada uno de los estados que, a través de democráticos referendos, habían aprobado ya dicha prohibición. Las constituciones de los diversos estados que componen los estados Unidos son, pues, equivalentes a los estatutos de autonomía de España.

De aceptarse este argumento de "atentar contra la igualdad", podría llegarse en un futuro a absurdos como los matrimonios múltiples (es decir, un hombre con varias mujeres, una mujer con varios hombres, el líder de una secta con sus fieles o un grupo de personas entre sí), los matrimonios con niños, los matrimonios con animales (por cierto, existentes en algunas regiones de la India) e incluso los matrimonios con objetos, porque atentarían a la igualdad a la que tendrían derecho, respectivamente, los grupos, los menores, los animales y hasta los objetos... Parece imposible lo que digo, pero... ¿cuál es el límite? ¿Acaso no está permitida la poligamia en algunas culturas desde hace milenios?

Pero este artículo no va dirigido hacia esa "nueva" idea que el denominado "Nuevo Orden Mundial" intenta introducir a marchas forzadas en nuestro mundo.

Como todos sabemos, el Nuevo Orden Mundial es un proceso esencialmente diabólico, en el sentido etimológico de la palabra "diabólico" (diablo < gr. diabolos = 'el que separa', frente al término Iglesia < gr. ecclesia = 'unión').

El matrimonio homosexual es, pues, uno de esos procesos etimológicamente "diabólicos", destinados a sembrar la desunión, la desintegración, es decir, la disolución de la moral tradicional. Otros procesos diabólicos (= separadores) de nuestros tiempos son también la promoción de los divorcios (separación de las familias y, especialmente, separación del padre con sus hijos), del aborto (separación del niño con su madre) y, en algunos países especialmente estúpidos -como España y Yugoslavia-, la separación en regiones autónomas que conlleven la disolución de los Estados.

En fin, un progresivo proceso desintegrador casi a nivel molecular.

La excusa de este Nuevo Orden para mantener los mencionados procesos diabólicos es la "dificultad" de la prohibición de los mismos ante la Constitución de turno de cada país.

Las constituciones catalogadas hoy como "democráticas y avanzadas" protegen todas las nuevas ideas que se les vayan ocurriendo a los nuevos payasos del dominio mundial, por absurdas que sean. Por eso, todo intento de oposición a las mismas es vano.

Asimismo, estas "leyes de leyes", estas constituciones tremendamente protectoras con lo inaudito, están diseñadas para que sean difícilmente modificables.

Pongamos el ejemplo de España:

En nuestra Patria, para modificar la Constitución en sus aspectos más esenciales, habría que hacer lo siguiente:

1º.- Convocar un referéndum en el que ganase dicha propuesta de modificación.

2º.- El Parlamento debería, después, aprobar la misma.

3º.- A continuación, el mismo Parlamento, debería aprobar la disolución de las Cortes.

4º.- Tras las elecciones generales, el nuevo Parlamento constituido, debería aprobar de nuevo la modificación propuesta.

Una vez hecho esto, dicha modificación podría incorporarse a la Constitución.

Como verán, con un sistema tan complicado y costoso, en el que, además, el Gobierno de turno se arriesga a perder el poder al tener que convocar unas nuevas elecciones, es harto imposible que, en España, se plantee cualquier modificación sobre la ultraprotegida Monarquía, sobre la abolición de las sangrantes y disgregadoras comunidades autónomas, sobre la incorporación de la pena de muerte para los terroristas o la cadena perpetua, o la mera prohibición explícita de matrimonios absurdos o de prácticas asesinas como el aborto.

La Constitución encorseta todo tipo de legislación, aunque ésta se derivara de la voluntad popular, y, a la vez, protege todo lo nuevo, todo lo raro, todo lo que ponga patas arriba el orden establecido. Esto ocurre en España, pero en muchos otros países es similar.

Las constituciones son las más fieles protectoras del Nuevo Orden Mundial.

El concepto de "Constitución", en principio, puede resultar bastante lógico: es una "ley de leyes" que "ordena" todo el aparato legislativo inferior. Pero, a la vez que estructura de forma piramidal toda la legalidad, la encorseta y hace difícil cualquier cambio que la voluntad popular desee realizar sobre dicha superestructura.

Se puede vivir sin Constitución, como lo hacían todos los países antes de la denominada Revolución Francesa, o como hoy en día lo hace el Reino Unido de la Gran Bretaña, una nación a la que, desde luego, no podremos acusar de antidemocrática.

El concepto de "Constitución" es creado por la Ilustración masónica durante la susodicha Revolución Francesa y el nacimiento de los Estados Unidos (el "Estado masónico por excelencia", cuyos "padres de la Constitución" pertenecían en su casi totalidad a la citada "organización discreta").
Con el nacimiento de las primeras Constituciones arranca la que los historiadores denominan Edad Contemporánea. Desde entonces hasta ahora, no hay Estado que se precie de demócrata que no tenga su propia Constitución -es decir, su propio encorsetamiento-, salvo la excepción de la Gran Bretaña que, como todos sabemos, es el país de las excepciones.

La primera Constitución que se publicó en España fue la Constitución de 1812 que, tanto los liberales como los marxistas (ambos ramas derivadas de la antigua Masonería) reivindican hoy en día. Como curiosidad, baste decir que, en dicha Constitución, se establecía la jornada laboral de 35 horas semanales, a años luz de las 40 horas semanales (y subiendo) que en este triste país hemos conseguido tras años de lucha.

La Revolución Francesa, las revoluciones constitucionales en general de finales del XVIII fueron un producto de la burguesía: es decir, de un grupo de ricos que querían sustituir en el poder al grupo anteriormente dominante, la aristocracia. Sustituir el poder del dinero por el poder de la sangre. Pero siempre el poder de una minoría, puesto que, como todos sabemos, el dinero lo tienen pocos, igual que una estirpe ilustre.

Una minoría expulsó a otra para hacerse con el poder.

Al principio el sufragio era censitario, es decir, sólo podían votar las clases burguesas privilegiadas. Muchos años después, las clases populares obtuvieron el derecho al voto, pero el mundo ya se había conformado a imagen y semejanza de la burguesía, de los mercaderes, del dinero, en definitiva.

El poder del dinero empezó a mover los hilos del mundo -hasta ahora- y conceptos como "grandeza de tu patria", "fuerza", "honor" y "gloria" quedaron totalmente sepultados ante las nuevas normas de los nuevos dominadores.

Nace igualmente el concepto de "Estado", que viene a sustituir a los tradicionales de "Reino", "Imperio" o "Patria". Ya no tienes una Patria: perteneces a un Estado. Y "Estado" es un concepto administrativo mucho más fácil de disolver, de dividir, de desintegrar que el de Patria.

El Nuevo Orden Mundial no ha comenzado ahora: ya comenzó en el momento en que se implantaron las primeras constituciones y se imprimió el reverso del Gran Sello de los Estados Unidos, que ya reza estas palabras: "Novus Ordo Seclorum", con su pirámide masónica-illuminati incluida.

El Nuevo Orden Mundial no ha comenzado ahora, pues, querido lector, aunque, en los últimos años, se está haciendo notar especialmente, porque a estos discretos nuevos señores del mundo parece haberles entrado algo de prisa. Y será esa misma prisa la que acabe con él, pues ya se ha hecho notar mucho.




miércoles, 4 de agosto de 2010

¿FBK al servicio del independentismo catalán?

(Haga clic en la imagen para ampliarla)

Si ya estábamos acostumbrados a que Facebook deshabilitara a usuarios que se sentían orgullosos de ser españoles, ahora parece ser que la innombrable y todopoderosa red social, al servicio del Nuevo Orden Mundial de la disolución de los Estados y naciones históricas, se dedica a hacerle el servicio a todos aquellos catalanes independentistas que se han debido de sentir muy ofendiditos ante el creciente éxito de la página Tu prohíbes los toros, yo NO compro productos catalanes.

Parece que ser que los perfiles de muchas de las casi 10.000 personas que ya se han unido a dicha página están siendo deshabilitados, en un alarde de completo totalitarismo, a la vez que de sumisión ante todos aquellos que buscan destruir España.

Cuando los indepententistas, tanto catalanes como vascos, piden el boicoteo a los productos españoles, o que no se adjudiquen los Juegos Olímpicos a Madrid, o desean públicamente que no gane la selección española de fútbol... no pasa nada.

Sin embargo, en cuanto se desea pagarles con la misma moneda, FBK, sumisamente, se pone al servicio de esos acomplejados, para lamerles con fruición sus zapatos y sacar lustre a la desintegración de España.

Desde aquí os animo a que os unáis a dicha página, como gesto de solidaridad con nuestra patria y sus tradiciones, y de repulsa total a esa caterva de separabobos que está envenenando la sangre de nuestra nación.




No te sometas


"Nunca te sometas ni a la dictadura de un solo individuo ni a la dictadura de las mayorías".





Todas las frases del Filóloco juntitas, pero no revueltas, en: Frases lapidarias del Filóloco


lunes, 2 de agosto de 2010

Por España

La Revolución "Gloriosa"

"¡Por España!" siempre ha sido el grito de los patriotas a lo largo de los años, a lo ancho de las décadas y en lo profundo de los siglos. "¡Por España!" o "¡Por el Rey!", personificando en la augusta majestad de turno el sentir conjunto, unánime, de una nación.

Sin embargo, esta proclamación, orgullosa y sincera, guerrera y generosa, empezó a sufrir cierta competencia allá por los comienzos de la aciaga "Revolución" Francesa (recordemos lo ya dicho en otras ocasiones: los golpes de fuerza de la Derecha se denominan "golpes de Estado", mientras que, los de la Izquierda, adquieren el "ilustre" y risible nombre de "revoluciones"...).

Desde el inicio del Histerismo Francés, un nuevo grito comenzó a asomar en el panorama patriótico mundial, y éste no fue otro que el de "¡Por la Constitución!".

La Constitución de turno, tan recambiable en un Estado como una compresa en la menstruación, vino a sustituir el concepto de "Patria".

Al grito de "¡Por la Constitución!" o "¡Viva la Constitución!" hemos visto caer y elevarse a Gobiernos, hemos contemplado derramar sangre hermana en continuas guerras civiles, no sólo en España, sino en multitud de países.

Nuevos competidores del grito patriótico aparecieron con posterioridad, todos ellos orientados para acallar el nombre de la patria natural: "¡Por la Revolución!", "¡Por la Internacional Socialista!"...

..."¡Por la República!"

Gritos falsarios que buscaron constituirse en sustitutos de la madre natural de todos: nuestra Patria, nuestra nación... Nuestra España.

Desde hace años vivimos en un medio natural que nos ha vuelto a retrotraer a esas oscuras etapas de exaltación de la pasajera Constitución de turno, y de olvido y denigración de nuestra auténtica madre política, España.

Una negra etapa más de adoración a lo pasajero, a lo trivial, a lo cambiable, a lo circunstancial, y de olvido de lo eterno, de lo realmente enraizado en el ser de todo aquel español bien nacido...

"¡Por España!"

Siempre por España.

Y jamás por Constitución alguna, "ley de leyes" que no suele ser sino un deforme espejo -cóncavo o convexo- de la límpida imagen de nuestra Patria natural.




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